más la noche eterna no es, mi esencia sutil regresó sin buscar en el horizonte muerto Amaneció sin titilar de luceros la humeante alborada despertó los sueños no existe unicornio ni dios agorero El camino comienza, es nuevo no hay dudas ni dolor el canto por la vida es eterno.
pero el tintinar del viento en la cornisa me atrapó
Latido a latido,el susurro de los besos a lo lejos
las palabras invadiendo territorios impropios
devastaron el sentido de mis esquemas
rompí la palabra, el suspiro, la calidez de mi voz
Entonces erupcionó el volcán de mi corazón para sentir,
el magma de los más recónditos fuegos surgió
y un NO casi imperceptible floreció un SI interminable
confundiéndose en la nada de todo lo que eres
Y me alimenté día a día de tus notas,
de tus rimas desmedidas, de tus libretos enmohecidos
fuí gorrión y verdugo en tus libros escondidos
tejiendo con los hilos del amor mis miedos y mis sentidos
Ya no pude escapar, en tus páginas me quedé
cual bruja loca, en el desdén de tus olvidos
en el fuego que se quemó con mis ardientes gotas
ahi, justo ahí crepitan mis sueños y mis anhelos
ahí donde tus pies caminan otras huellas
ahi bajo tus plantas yo te abrazo con unos brazos nuevos
con el grito de mi corazón amordazado por las dagas suspirando gotas de nostalgia cada 25 horas al día Porque te sigo amando contra la tormenta contra las rabias de la desconfianza y la cobardía te amo contra sombra y grito enmudecido y a pesar de los contrasentidos yo te amo...
Penitente de mis horas pecadoras me arrodillé ante el solar de las auroras donde la luz no me respondía cuando pretendí no apagar las sombras viajera de praderas libres me ausento en el meditar de los silencios renovando el aliento de mi boca Levanto entonces mi vuelo mi arrollador aleteo rapaz que quiere desde arriba mirarlo todo, veo el misterio acurrucado entre secretos Se tiñe de naranja mi cielo percibo entonces el verde primavera mientras florecen los tulipanes nuevos se agiganta el estandarte de los sueños los pentagramas se entreabren cada parpadeo mientras el sol renace entre sonetos gritando con silencios un mártir denuedo tú, mírame. Aún mis alargadas alas hondean el cielo de las gotas de sal quedaron solo aromas todas las plagas en sus cuevas se perdieron sigo siendo águila...