Mecida en finísimos granos de arena,
en cristales de playa blanca que llevan tatuado tu nombre,
en el horizonte escuché el canto de un amor que arranca la vida.
Bañada en brazos de azul gigante que me recuerda tu sabor,
me consumí en su beso hasta ahogarme por completo en el éxtasis de los sueños
hasta deslizarme silenciosa y ya sin aliento para esperarte de nuevo.
Fué un coro de gaviotas el que me despertó .
Los besos de la mar amándome de nuevo...
Ahí estabas tú, en medio de mi delirio,tratando de hallarte...
Abrazando el cristal líquido y el sabor salado de tu silencio.
y al perfilar mis ojos en la línea del tiempo y la distancia,
desee que retumbaran en mis oídos tus versos,
Que fueran claves y notas tus cuentos
tu voz declamando mil te quiero y en un canto lírico
soportar infinitos te amo viajando por mi sangre y mi cuerpo.
Diluviaron mis ojos esta distancia que inclemente se roba tu aliento,
tu aroma, tu masculina forma y tu mirada profunda
esa en la que una tarde sin remedio me perdiera...
Entonces no me quedó mas que buscarte en la lejana línea
donde se une el mar y el cielo y ver tu abrazo venir a mi encuentro
con tan febril deseo que ahora mismo te miro, gigante, dorado por el sol,
Extendiendo tus brazos para refugiarme en ellos
entonces me tallo en la ardiente arena, sin pudor a ti me entrego
porque no hay mayor deseo en mi anhelo que ser tu playa mi bravío océano.
Jeabelly © Derechos Reservados
Julio 23 de 2012
11.10 p.m.
