Abrázame ahora en ese sueño
en ese latido perdido que suspiras
y al girar sobre tu costado,
abraza tu almohada besando mis labios
Donde solo estarán por un momento.
Y al hacerse más profundo el sueño
toma mis manos deslizando tus dedos
hasta flotar en el viento mientras te veo,
tratando de alcanzar lo que ya no tenemos
obnubilados en la confusión del encuentro
Duerme tranquilo, ahora estás solo,
al menos sin mis recuerdos, gélido
sin el calor de los anhelos
sin la pasión de un frenético invento
duerme…duerme…al despertar habré muerto.
Imágen de internet
Gélidamente sombrío y bello. Me trae a la memoria los nocturnos de Silva.
ResponderEliminarTremendo final para este poema hermoso que desprende un halo de dolor por la pérdida, por lo que pudo ser y no fue. Bellísimo, Jenny, comparto en mi G+ muy gustosa. Besos, Poeta.
ResponderEliminar