Me expropiaste de la caricia
palabra incierta que mi oído ansiaba,
rompiste la cadena de sonidos
los eslabones del sueño vivo.
fumigaste los pistilos de mi rosa
matando con devoción la sonrisa,
no hubo más que quebranto
en gélido beso
y te miraba...
a través del lente de mi alma
sollozando cada golpe, cada mentira
fustigando con la carcajada...
Inmortal dolor sangra
en la recóndita desesperanza
en la sombra del olvido
en el profundo negro hastío.
y vi morir
cada segundo, cada año, cada siglo
y me retorcí en tanta falsa hazaña,
no hubo mas lugar para la masacrada mirada...
arde el fenix en retirada.