Viendo
tu carita blanca
tan
callada y silenciosa
albergarse
en infinito cielo
se
me anidan pensamientos.
Es
mirarte siempre radiante
hechicera
y danzante,
aún
sabiéndote prohibida
observadora
y cautiva.
No
respondas bella niña
tu
misterio de vida,
que
enamora en el amor
yelando
la marea con un adios.
Callada,
temblorosa esperas
aunque
pasen primaveras,
la
llegada del gran rey
pues
amarse es su ley.
Solo
un poema lo sabe,
en
sus versos dibujándose,
y en
la arena de la playa
hay
quien pierde su atarraya.
pues
de ese gran amor
no
hay testigo vivo,
que
entre las olas haya visto
la
pasión de este rito.
porque
en la soledad del olvido
amarás
tu sol querido,
en
un eclipse tan intenso
que
luego acusará el viento.
entonces
el universo entero
callará
maravillado,
invocando
sus deseos
como
tú, el amor eterno.
Enero 8 de 2013