Me levanté de la tierra
en el silencioso mundo
despertando a un alarido
llamado humanidad…
Reprobé los pasos
para poder caminar
salté, corrí , trepé…
hasta poder descubrir.
Saboreando la desidia
la algarabía de la vida
coroné los peldaños
que conquistaron la edad.
Las horas de soledad
se apilan en la montaña
yo desciendo a la fuente
donde bebo serenidad…
Subiré meditabunda
de la mano de la noche
que me abraza